jueves, 11 de septiembre de 2014

LA IMPORTANCIA DEL ADIESTRAMIENTO DEL PERRO

Cuando una mascota llega a nuestro hogar, se producen muchos cambios y junto con las alegrías también llegan intercalados los problemas. En primer lugar, nos encontramos con la falta de experiencia y, en segundo lugar, con la costumbre de subestimar la capacidad del perro de “tomarnos el pelo”.

Los perros, al igual que las personas, poseen características (aun perteneciendo a la misma raza y teniendo la misma edad) únicas, por lo tanto, el mismo estímulo aplicado a dos ejemplares no produce el mismo efecto.

La importancia de adiestrar a un perro radica en hacerlo a nuestra medida y necesidad. Los perros no son iguales, por ende, el adiestramiento tampoco tiene que ser el mismo. No se puede entrenar a un animal con el fin de que vigile una fábrica a la noche, cuando, durante el día, debe bajar en el ascensor acompañado de nuestros vecinos, o jugar con los amigos de nuestros hijos. Es aconsejable comenzar el adiestramiento desde la temprana edad. Aunque parezca exagerado, se puede comenzar al cuarto mes de vida. 

El entrenamiento debe ser paulatino y como un juego, para que el animal incorpore las órdenes de la misma manera que nosotros aprendemos a hablar. Los tiempos deben ser cortos, entre 10 y 15 minutos ,y si se desea, el lapso de tiempo puede aumentar lenta y progresivamente. La ventaja de adiestrar a un perro cuando es joven es que en lugar de corregir los problemas, los evitamos.

Cuando se decide contratar a un especialista en el tema, es imprescindible que además del perro, también tome clases el dueño, ya que el perro generalmente toma los malos hábitos que el propio dueño le permite tomar.

Todos los perros aprenden, pero es necesario tener en cuenta las condiciones naturales del nuestro para brindarle una instrucción acorde a sus habilidades innatas. No es necesario castigar a nuestro amigo, y siempre que se lo reprenda debe hacerse en un tono enérgico, sin olvidar que lo que es NO hoy, también será NO mañana. Cuando lo reprenda, asegúrese de que el animal esté comprendiendo. En general, el dueño afirma: “yo le digo: ¿qué hiciste? Y baja las orejas”. Esto no siempre significa que el animal entendió, sino que sabe que después de esa pregunta seguramente viene un “coscorrón”. Los perros se ubican dentro de la familia como lo harían dentro de una jauría. Cuando el dueño es el líder, reina el orden en el hogar, pero cuando el líder es el perro, es hora de buscar un adiestrador. Cuando el perro agrede a alguno de los integrantes del grupo familiar, se recomienda entrenar al perro en un internado y luego de desarraigarlo y entrenarlo, reinsertarlo a su familia nuevamente, siempre bajo un seguimiento profesional.

Recuerde que es su perro el que debe aprender con el adiestrador y no el adiestrador con su perro.